IMPORTANCIA
VETERINARIA
Como muchos otros carnívoros, los mustélidos tienen glándulas olfativas junto al
ano. Las segregaciones de éstas se usan para marcar el territorio. Se ha
demostrado que los hurones pueden identificar si una marca fue dejada por un macho o una hembra. Como la mofeta, el hurón puede usar sus glándulas cuando se excita o se asusta, pero el olor desaparece rápidamente. La mayoría de los hurones de Estados Unidos se venden con las glándulas quitadas. Pese a ello, cabe decir que no es verdad que quitándoles las glándulas desaparece su olor, tan sólo es una invención. La solución para eliminar el olor es castrarlos, pero quitándoles dichas glándulas (que por otro lado segregan un lubricante natural para las heces que es muy necesario en el caso de los hurones) solo se consigue dañarlos, ya que es una operación muy delicada y peligrosa. Se ha comprobado, por tanto, que no es necesaria la extirpación de dichas glándulas, ya que los gases que raramente expulsan (en situaciones de estrés o peligro) desaparecen enseguida, y el verdadero causante del olor de los hurones es una serie de glándulas situadas principalmente en la base de la nuca, aunque hay más repartidas por todo el cuerpo, que segregan un aceite que ayuda a proteger su pelaje y que producen un olor más intenso en la época de celo.
En los Estados Unidos se conoce que muchos hurones sufren varios problemas de salud. Los más comunes son los cánceres que afectan a la glándula adrenal, al páncreas y al sistema linfático.
En los Estados Unidos se conoce que muchos hurones sufren varios problemas de salud. Los más comunes son los cánceres que afectan a la glándula adrenal, al páncreas y al sistema linfático.
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